Siembra de cultivos de invierno: cómo ha cambiado el enfoque de los agricultores en 2024–2025

September 22, 2025

Los cultivos de invierno como elección estratégica del agricultor

Cada año, la siembra de cultivos de invierno determina el estado de ánimo del sector agrícola para los próximos 12 meses. No es solo un proceso tecnológico, sino una planificación estratégica que tiene en cuenta los riesgos, los desafíos climáticos, los precios en el mercado de cereales, la disponibilidad de recursos e incluso la situación geopolítica. Después de la temporada 2022–2023, que fue una prueba para el agronegocio ucraniano, las expectativas para la campaña 2024–2025 eran especialmente altas. Y este año ha demostrado que los agricultores están cambiando su enfoque.

El trigo de invierno, la colza, la cebada no son solo cultivos. Son una garantía de estabilidad alimentaria, una fuente de ingresos en divisas, uno de los principales factores para llenar el presupuesto estatal. Por lo tanto, comprender cómo se transforman las prácticas de siembra de cultivos de invierno es de vital importancia no solo para los agricultores, sino también para toda la economía de Ucrania.

Desafíos climáticos: cada vez más difícil con la humedad

El factor clave que cambió el enfoque de la siembra de cultivos de invierno en 2024–2025 fue la anómala sequía de verano-otoño en las regiones del sur y centro. En algunas zonas de Jersón, Mykolaiv, Kirovogrado, la humedad en la capa de suelo de un metro disminuyó a un nivel crítico. Los agricultores se vieron obligados a posponer las fechas de siembra o a cambiar la estructura de los cultivos por completo.

Al mismo tiempo, las regiones occidentales y del norte recibieron lluvias anormalmente abundantes en septiembre, lo que retrasó la preparación del suelo y dificultó el acceso a los campos. Tales diferencias por zonas requieren agroestrategias localizadas que tengan en cuenta no las recomendaciones generales, sino el microclima de un campo concreto.

Los agricultores que pudieron preparar el suelo con antelación y llevar a cabo medidas de conservación de la humedad obtuvieron una ventaja. En particular, esto se aplica a las explotaciones que aplicaron el subsolado, el acolchado de rastrojo o el laboreo con conservación de la capa de cobertura. Esto demuestra que una preparación eficaz antes de la siembra es clave para la supervivencia en condiciones de inestabilidad climática.

Optimización de las fechas de siembra: de patrones a ventanas flexibles

Anteriormente, la mayoría de las explotaciones se orientaban a fechas fijas del calendario para la siembra de cultivos de invierno: del 25 de agosto al 10 de septiembre: colza; del 15 de septiembre al 5 de octubre: trigo. Pero en vista de los cambios climáticos en 2024–2025, los agricultores se orientan cada vez más no al calendario, sino a las condiciones agroclimáticas, en particular:

  • la temperatura del suelo a una profundidad de 5 cm,
  • la humedad de la capa arable,
  • la disponibilidad de lluvia de corta duración en el pronóstico.

Este enfoque permite minimizar las pérdidas de germinación y aumentar la resistencia invernal de las plantas. Esto es especialmente crítico para la colza, ya que el cultivo es extremadamente sensible a las fechas de siembra: con un retraso incluso de 7 a 10 días, el rendimiento puede disminuir en un 30–50%.

Fertilizantes, sembradoras, protectores: énfasis en la eficiencia

Debido al aumento de los costes de logística y recursos, en 2024 muchos agricultores reformularon su enfoque de los fertilizantes. En lugar de «bajo la raíz y al voleo», se aplican cada vez más microfertilizantes localmente en la hilera, con un cálculo preciso de la norma NPK de acuerdo con el análisis agroquímico. Esta práctica permite ahorrar recursos y obtener un mejor rendimiento.

El tratamiento de semillas también ha sufrido cambios. Después de un 2023 difícil, cuando en muchas regiones los cultivos de invierno se vieron afectados por un complejo de enfermedades (especialmente la fusariosis de la raíz y el oídio), los agricultores recurren cada vez más a sistemas de protección complejos con dos o más sustancias activas.

Otra tendencia es la transición a sembradoras modernas con aplicación de fertilizantes en la raíz, lo que permite combinar varias operaciones y reducir la carga en la maquinaria.

Cambio en la estructura de siembra: más colza, menos cebada

Según los centros de análisis, las áreas bajo colza de invierno en 2024 aumentaron en un 12–15% en comparación con el año anterior. Esto se explica por dos factores:

  1. Precios atractivos para la colza en el mercado mundial (especialmente teniendo en cuenta la demanda europea).
  2. El deseo de los agricultores de reducir la dependencia de los cereales, que tienen complejas cadenas logísticas de exportación.

Al mismo tiempo, la cebada de invierno muestra una caída en el interés, debido a los precios inestables, la baja resistencia a las heladas y la baja rentabilidad en las regiones del norte y centro.

Las tecnologías toman decisiones junto con el agricultor

Una de las principales transformaciones de 2024–2025 es la utilización de agrotecnologías para la toma de decisiones en tiempo real. En particular:

  • servicios de pronóstico de precipitaciones y temperaturas basados en IA;
  • análisis de imágenes de satélite para la detección de zonas de riesgo en los campos;
  • rastreadores en sembradoras y cosechadoras que registran la profundidad de siembra y el ritmo de trabajo.

Estas tecnologías ya no son una «tendencia del futuro», sino que se han convertido en parte de la realidad agraria cotidiana, que incluso los agricultores con un banco de tierras de 300–500 hectáreas están implementando activamente.

Financiación de la siembra: nuevos formatos, nuevas condiciones

Uno de los principales cambios en el comportamiento de los agricultores es la transición a instrumentos financieros flexibles que permiten comprar recursos ahora y pagar más tarde. Esto es especialmente importante en condiciones en las que:

  • los bancos abordan con cautela la concesión de préstamos a los agricultores;
  • los precios de los recursos se mantienen altos;
  • la siembra requiere un anticipo significativo (semillas, productos fitosanitarios, fertilizantes, combustible).

Por eso, los productores agrícolas utilizan cada vez más los servicios de servicios en línea de aplazamiento de pagos agrícolas, como WEAGRO, que permiten solicitar financiación completamente en línea: sin garantía, sin pago inicial, con una decisión en 30 minutos. Esto permite a las explotaciones llegar a tiempo con la siembra en la ventana agroclimática necesaria, incluso si en ese momento no hay suficientes fondos de rotación.

Resultados: flexibilidad, análisis y asociación: nuevas reglas del juego

La campaña de siembra de 2024–2025 ha demostrado claramente que los agricultores que renuncian a los patrones, actúan con flexibilidad, trabajan con datos y utilizan herramientas modernas, tanto agrotecnológicas como financieras, son los que ganan. Los cultivos de invierno siguen siendo un elemento clave de la producción agrícola en Ucrania, pero su cultivo requiere nuevos enfoques, adaptabilidad y decisiones audaces.

Se acerca el invierno, y es precisamente ahora cuando se está sentando la base para la futura cosecha. Y quien haya dado los pasos correctos en septiembre-octubre de 2024 tiene todas las posibilidades de cosechar una cosecha estable y rentable en el verano de 2025.

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